Además, hay escruches, robos de motos y otro tipo de delitos por la ciudad.
La semana pasada fue el turno de una familia que habita un predio rural de Fortín Tiburcio; luego delincuentes armados y encapuchados “visitaron” una vivienda a pocos metros del barrio Lihué y ahora, tras varios días en que se había silenciado el hecho, pudo saberse que se cometió otro ilícito de similares características en Córdoba al 1700.
Tras ingresar a la casa por la parte trasera, delincuentes que exhibían un arma de fuego amedrentaron a los integrantes de la familia exigiendo la entrega de dinero, mientras les colocaron precintos para inmovilizarlos y abocarse a la búsqueda de objetos de valor.
Los malvivientes actuaron siempre con los rostros cubiertos y guantes, y lograron llevarse las alianzas matrimoniales, tres teléfonos celulares y dólares, para luego darse a la fuga.
La pareja dueña de casa y un hijo menor de 16 años lograron liberarse de las ataduras y dieron aviso a la policía. Con pocos datos para la investigación y la oscuridad de ese barrio, es muy difícil que logre dilucidarse el caso, que sigue la fiscal Sánchez bajo la carátula “Robo agravado por uso de arma de fuego y privación ilegal de la libertad”.
ESCRUCHES Y ROBOS DE MOTOS
En los primeros minutos de la madrugada del viernes, otra moto fue el blanco fácil para delincuentes.
El hecho tuvo lugar en proximidades del Club Suixtil donde el propietario de una moto marca Zanella ZB de 110 c.c. de cilindrada la había dejado estacionada y no halló al salir.
A la vez, tal como viene sucediendo, se produjo otro escruche, en este caso en Remedios E. de San Martín al 550, en un departamento interno. Sus moradores habían salido el jueves por la mañana y al regresar a la noche, descubrieron la falta de una importante cantidad de pertenencias.
CARNICERÍA AIMAR
Por otra parte, una vez más una sucursal de carnicerías Aimar resultó víctima del accionar delictivo. Un delincuente rompió uno de los vidrios del frente del local ubicado sobre calle Ramón Hernández entre Apolidoro y Dr. Calp, e ingresó al comercio
El robo quedó registrado en las cámaras de seguridad que pertenecen a la empresa, donde se advierte que el delincuente se apoderó de carne para luego darse a la fuga con rumbo desconocido.
Cuando se detectó la sustracción, concurrió personal policial que se encontró con el daño, la alarma sonando y a nadie en su interior. El desconocido ya había escapado.
