En sus tres extensiones contractuales previas, el Muñeco había puesto la firma a fin de temporada. Ahora decidió hacerlo en noviembre, con mucho en juego y en plena crisis futbolística.
En medio de la mayor crisis futbolística de los últimos diez años y a días del Superclásico ante Boca, River anunció la renovación de Marcelo Gallardo hasta diciembre del 2026 en una conferencia de prensa que contó con el Muñeco y el flamante presidente, Stefano Di Carlo. Esta extensión contractual se dio en plena competencia, a diferencia de las tres anteriores (todas en su primer ciclo) que al cierre de la temporada.
El fin de semana pasado ante Gimnasia se vivió el peor momento del Millonario con técnico más ganador de su historia sentado en el banco de suplentes. Cayó 1 a 0 en un Monumental que pidió “que se vayan todos“ y para colmo Miguel Ángel Borja falló un penal en el último minuto. Aquella derrota fue la cuarta consecutiva en Núñez, igualando la peor racha en 99 años. Además, dejó a River en puestos de repechaje para la próxima Copa Libertadores y a cuatro puntos de Boca en la tabla anual con seis en juego. Eso sí, el próximo domingo a las 16.30 se jugará el Superclásico en la Bombonera.
En este contexto más que complejo, el Muñeco estampó la firma. “Mi seguridad, mi convicción, mi deseo y mis ganas que tengo de seguir redoblando la apuesta es lo que me sostiene“, explicó. Y añadió: “Yo soy un chico de la casa, un pibe de River, no voy a salir corriendo por un mal año deportivo, el que especulaba con eso no me conoce, no entiende de lo que estoy hecho y no sabe lo que quiero a este club. De lo que sí estoy seguro es de que vamos a volver a ganar“.
La primera renovación de Gallardo en River se produjo en agosto del 2015. El Muñeco había llegado a mediados del 2014 y en ese semestre levantó su primer título internacional: la Copa Sudamericana. A principios del año siguiente le ganó la Recopa a San Lorenzo, luego alzó la Suruga Bank y coronó con la Libertadores, con el aliciente que en los dos torneos continentales eliminó a Boca.
Apenas 21 días después de trepar a lo más alto de América, extendió su vínculo hasta diciembre de 2017. Es cierto que no fue en diciembre, pero en aquel entonces la Copa Libertadores todavía era semestral, por lo que el gran objetivo del año ya estaba cumplido.
En enero del 2018 se produjo el voto de confianza más grande hacia el Muñeco. Más allá de que venía de ganar la Copa Argentina ante Atlético Tucumán en diciembre del año anterior, el equipo divagaba por la mitad de tabla en la Superliga y venía de una dolorosa eliminación en semifinales de la Libertadores frente a Lanús, seguida por una derrota en el clásico ante Boca.
Sin embargo, Rodolfo D’Onofrio decidió ofrecerle un contrato hasta diciembre del 2021, revalidando el proyecto deportivo del Gallardo. Aquel año tampoco comenzó de la mejor manera hasta la victoria frente al Xeneize en la Supercopa Argentina celebrada en marzo. A partir de allí, el equipo despegó hasta tocar el cielo con las manos el 9 de diciembre en Madrid frente al mismo rival.
Luego de la caída frente a Flamengo en la final de la Copa Libertadores 2019 se rumoreó que Gallardo podía dar un paso al costado, pero en una conferencia de prensa brindada en diciembre de ese año dejó en claro que iba a seguir en el cargo. Pese a que no fue una renovación como tal ya que tenía contrato por dos años más, fue una revalidación al proyecto luego de un golpe durísimo.
A fines del 2021, ya con Jorge Brito en la presidencia, se produjo la tercera y última extensión contractual del primer ciclo del Muñeco en River luego de la consagración en la Liga Profesional y en el Trofeo de Campeones. En ese entonces firmó por un año, hasta diciembre del 2022.
El 13 de octubre, pocos días antes de finalizar la LPF, confirmó, entre lágrimas, su salida del club. La misma se consumó con una victoria frente a Racing en el Cilindro, que indirectamente le dio el título a Boca.
Menos de dos años más tarde Gallardo regresó al club de sus amores, pero el segundo ciclo por ahora no está teniendo demasiadas similitudes con el primero. Aún no hubo títulos y las derrotas dolorosas están siendo una constante. Sin embargo, la primera decisión fuerte de Stefano Di Carlo como presidente de River fue confiar en el Muñeco como cabeza del proyecto deportivo por, al menos, un año más.


