La producción industrial se consolida 10 puntos por debajo del nivel previo al gobierno de Milei.
La industria volvió a caer y está en su peor momento del año. El indice manufacturero de septiembre que dió a conocer el Indec marcó una caída del 0,1% contra agosto y un 0,7% interanual, encadenando ocho meses de caída sostenida. En el acumulado del año, aún queda un anémico hilo de aire del 3,8%, comparado con el mismo período del 2024, cuando el sector estaba en el quinto subsuelo por el ajuste inicial de Milei.
“Con esta nueva caída de la producción industrial se consolida casi 10 puntos por debajo del nivel previo a Milei”, indicó Hernan Letcher, director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).
La industria argentina es la gran castigada por el modelo de Milei que pisó el dólar y abrió las importaciones para frenar la inflación. Lo notable es que pese a ser el sector más afectado la Unión Industrial Argentina (UIA) que preside Martín Rappallini no alza la voz y mantiene un tono muy tibio en sus reclamos al gobierno. El impacto es particularmente visible en el cordón industrial de Rosario con decenas de fábricas paralizadas.
El mapa sectorial muestra un crecimiento de las manchas rojas: siete de dieciséis divisiones bajaron. El golpe más fuerte vino de textiles 20,5%. También cayeron productos de metal 12%, caucho y plástico 11%, minerales no metálicos 6%, autos y autopartes 2,5% e industrias metálicas básicas 1%.
Hubo alivios que no cambian el panorama general: equipos de transporte crecieron 16%, refinación de petróleo 7,5%, maquinarias y equipos 4,5%. Nichos exportadores y reposición de capital ayudan a algunos segmentos a aguantar la recesión. “Donde hay dólares, hay pedidos; el resto sigue mirando”, graficó un fabricante tecnológico consultado por LPO.
“La industria continúa mostrando una recuperación parcial y acotada, sostenida por rubros vinculados a energía y bienes de capital, mientras persiste la debilidad en los sectores más ligados al consumo y la construcción”, analizó un informe de la consultora ACM.
“En septiembre, la actividad industrial volvió a mostrar señales de debilidad, tras interrumpirse el rebote observado en agosto. Al comparar la serie sin estacionalidad, se observa que el nivel de producción se ubicó 3,6% por debajo del pico de mayo, y en uno de los puntos más bajos desde abril. En parte, esta dinámica puede ser explicada por el impacto de la inestabilidad financiera y de las elevadas tasas de interés sobre la demanda interna, así como la incertidumbre electoral de los últimos meses”, agregó el informe.
“El nuevo contexto financiero que se empieza configurarse tras los comicios (con una baja de tasas de interés y mayor liquidez en pesos), podría comenzar a aliviar gradualmente la actividad en el último tramo del año. De concretarse, ese efecto se reflejaría primero en una mejor dinámica del consumo y luego en algunos sectores industriales más sensibles al crédito. En este sentido, el último bimestre se perfila con una recuperación al margen, suficiente para compensar parcialmente la caída reciente, aunque probablemente insuficiente para sostener el ritmo acumulado observado hasta ahora. Bajo nuestro escenario base, estimamos un crecimiento industrial anual en torno al 3%”, concluyó el trabajo de ACM.
Desde la industria hablan de “un frenazo de demanda con costos cada altos”, dijo a LPO otro empresario. “Vendemos menos y financiamos más, así no cierran los números”, se quejó otro del cordón textil.”La temporada entró fría y el crédito al consumo no tracciona”, refuerzan desde una pyme bonaerense.
Al derrumbe del mercado se sobreimprime una caída de las exportaciones. “Si no aparece un plan agresivo, se van a apagar las máquinas”, advirtió un autopartista.


