Un informe de la UBA advierte una fuerte caída del consumo y un aumento del endeudamiento, con más hogares usando crédito para gastos básicos ¿Podrá Milei revertir la crisis de la economía diaria?
El gobierno de Javier Milei enfrenta ahora su mayor desafío tras las elecciones legislativas en las que logró imponerse con más del 40% de los votos. Pese a que ese resultado puede leerse también como un 60% de electores en desacuerdo, el oficialismo celebró lo que considera un “plebiscito de validación” para su plan de ajuste. Sin embargo, mientras los sectores concentrados parecen los principales beneficiados por la política económica, la vida cotidiana de millones de argentinos se mueve entre la espada y la pared: el consumo interno sigue en caída libre y el crédito se volvió la principal herramienta de subsistencia.
De acuerdo con el último informe “Ventas y Consumo” elaborado por la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), las ventas en autoservicios mayoristas se redujeron en agosto un 8,4% interanual, mientras que los supermercados apenas registraron un aumento del 0,34%, acompañado de una baja mensual del 0,23%. En términos acumulados, desde diciembre de 2023 las ventas mayoristas cayeron un 35% las de los supermercados un 27%, lo que marca una retracción persistente del consumo interno.
El informe advierte que, si bien la inflación muestra una desaceleración, los ingresos reales siguen por debajo del nivel de precios, lo que golpea directamente el poder de compra de los hogares. Desde el inicio de la gestión libertaria, los autoservicios mayoristas acumulan una contracción del 21%, más de dos puntos por encima del registro de mayo, mientras que las ventas de los supermercados retrocedieron un 9%, también con una suba de casi dos puntos porcentuales.
El crédito, último recurso frente a la pérdida de poder adquisitivo
En este contexto de contracción, el crédito se transformó en un salvavidas. Entre diciembre de 2023 y de 2025, el uso de tarjetas de crédito en los supermercados aumentó del 39% al 45% de las operaciones, desplazando al débito (que bajó del 34% al 26%) y al efectivo (del 20% al 16%). Las billeteras virtuales crecieron del 7% al 13%, consolidándose como una alternativa más utilizada en tiempos de restricción.
Aunque las promociones y descuentos por el uso de tarjetas de crédito no son un fenómeno nuevo (supermercados como COTO, Carrefour y Día% ya las ofrecían en 2023), hoy el endeudamiento no responde a una búsqueda de beneficios, sino a la dificultad de llegar a fin de mes. Las familias priorizan la compra de productos básicos y postergan la adquisición de bienes durables, lo que impacta tanto en el comercio minorista como en el mayorista.
.El resultado es una economía de bajo consumo, donde la aparente estabilidad macroeconómica no se traduce en bienestar. El informe de la UBA concluye que la Argentina atraviesa una etapa de fuerte contracción del consumo interno y creciente dependencia del crédito, reflejo de un modelo económico que, tras dos años de ajuste, exhibe cifras que desafían el relato de recuperación. El desafío de Milei, validado en las urnas, será ahora transformar ese respaldo electoral en una mejora tangible para los bolsillos de quienes más sintieron el peso de la motosierra.


