La pesca, el principal atractivo de la Laguna, ya no es una opción, y la ciudad no tiene qué ofrecer para motivar la presencia de visitantes durante los fines de semana largos.
Solo si alguna familia elige pasar unos días en total tranquilidad y paz, sin actividades ni atractivos que visitar, puede llegarse a Junín un fin de semana largo. No hay mucho para hacer en la ciudad, y así lo reflejan posteos del mismo Intendente, con fotos de “tardes al aire libre” en plazas y el Parque Borchex. Es que no hay nada más.
Los números reflejan esta realidad, y según palabras del empresario Roberto de la Fuente, de Hotel Laguna, este último finde XXL fue “uno de los peores fines de semana largo desde la cuarentena por el Covid”, con reservas y ocupaciones bajísimas en los hoteles locales.
La Laguna de Gómez, el atractivo natural del distrito por excelencia, ya no significa una opción para visitantes. Si alquilan una casilla o reservan alojamiento en el lugar, sin pesca, no hay nada para hacer. Este gobierno municipal jamás ideó atractivos ni incentivó la inversión privada para sumar motivos de llegada de turistas.
Sería interesante conocer qué le dicen a los habitantes de la zona los integrantes de la Subsecretaría de Turismo cuando salen a promocionar como destino a Junín. Un área municipal a cargo de una persona –Luis Bortolato- que será recordada por un solo gran logro: haber destruido las cantinas de la Laguna, en vez de transformarlas en espacios históricos con nuevas propuestas.
En síntesis: pasó otro fin de semana largo. Y la quietud en Junín, alarma. Casi… una ciudad fantasma.