Adrián Palacios, de la Unión de Kiosqueros, alertó por la falta de control estatal, el avance del contrabando y el cierre de miles de comercios en todo el país.
A horas de las elecciones legislativas, la incertidumbre económica volvió a sentirse con fuerza en los comercios de todo el país. Pese a los intentos del Gobierno nacional por contener el dólar tras el fallido acuerdo con Estados Unidos, la divisa superó los $1.500 en los últimos días y desató una nueva ola de aumentos. Desde la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) denunciaron remarcaciones de hasta el 10% en productos de primera necesidad durante la última semana, reflejo de la expectativa de una posible devaluación y la falta de control estatal sobre los precios.
El vicepresidente de la Unión de Kiosqueros de la República Argentina (UKRA), Adrián Palacios, confirmó que los aumentos llegaron a los kioscos y almacenes de todo el país. “En lo que es golosinas y panificados, los distribuidores nos vienen aumentando semanalmente, un 2% o 3%. Pero esta semana vinieron con un aumento del 5% en golosinas y galletitas”, señaló. Además, advirtió que “la canasta básica alimentaria, fideos, arroz, azúcar, yerba, latas de tomate, polenta, llegó con aumentos del 8 al 10%”.
El dirigente explicó que la suba de precios responde a un “conjunto de factores”, entre ellos el incremento del dólar y la falta de regulación estatal. “Las multinacionales acompañan el aumento del dólar. Saben que en las elecciones legislativas no le va a ir bien al Gobierno nacional, y a eso se suma la crisis política. No hay control del Estado hacia las multinacionales ni hacia los proveedores de alimentos. La Secretaría de Industria y Comercio no existe, no hay control de nada”, cuestionó.
Palacios también alertó sobre el ingreso de mercadería de contrabando y el crecimiento del mercado informal. “Hoy se venden productos de dudosa procedencia por internet, por marketplace y páginas web, sin ningún tipo de control, y eso afecta a los comerciantes, tanto kiosqueros como almaceneros y distribuidores locales”, sostuvo, al tiempo que remarcó que “la crisis económica del consumo interno el Gobierno no pudo revertirla”. Según señaló, “tenemos casi un 70% de caída de las ventas en nuestro rubro y el consumo interno está derrumbado en todo el abanico de la producción nacional”.
Reinventarse para no fundirse
Frente a la disyuntiva de remarcar o perder ventas, los kiosqueros optan por alternativas nacionales más económicas. “El 80% de nuestros comercios los atiende el dueño o el grupo familiar, y lo que hacemos es comprar productos de segunda línea, de pymes nacionales. Son mucho más accesibles y de muy buena calidad. Si hay un aumento del 10%, el kiosquero trata de ponerle un 5% para que no parezca abusivo, porque si trasladamos todo al consumidor, no vendemos”, explicó. En ese sentido, destacó el rol de las pymes argentinas que “compiten contra las multinacionales” y permiten mantener precios más bajos en los barrios.
Consultado sobre la recomposición de stock, Palacios afirmó que las promociones “existieron siempre” pero que hoy “se intensificaron por la crisis”. “En épocas de crisis sabemos que las promociones, el 2×1 o el 4×3, siempre funcionan. Buscamos productos pymes que tienen más salida porque son económicos y permiten hacer promociones. En cambio, con las primeras marcas no se puede”, indicó. Como ejemplo, mencionó el éxito de nuevos productos nacionales: “Snacks como los Peronachos fueron furor con su lanzamiento y generaron buena rentabilidad al kiosquero. También trabajamos mucho con Quento, que compite directamente con Pepsico”.
La situación del sector, sin embargo, es crítica. “Tenemos 16.000 kioscos cerrados a nivel nacional. Muchos tuvieron que mudarse a las calles laterales o a sus casas para afrontar alquileres y tarifas. Hay kiosqueros que pagan un millón y medio de pesos de alquiler”, advirtió Palacios.
Respecto al escenario posterior a las elecciones, el referente de UKRA descartó nuevos aumentos inmediatos, aunque prevé un empeoramiento del contexto económico. “Postelecciones no va a haber aumentos porque ya los aplicaron, pero vamos a ver una crisis económica a nivel nacional. Al no tener resultados favorables el Gobierno, los dólares que espera no van a llegar”, pronosticó.
“El pueblo argentino vota con el bolsillo. No importa qué gobierno esté, si a la mayoría le va mal económicamente, vota con lo que le pasa en su casa. No llega a fin de mes, no puede pagar la prepaga o el colegio, no sale más a comer… Nosotros también lo vivimos: hay que recortar la obra social o cerrar el comercio porque no se puede sostener”, expresó.
Finalmente, Palacios cuestionó el enfoque del Gobierno sobre la reforma laboral y defendió el rol de las pymes. “Las pymes no piden reforma laboral, eso lo piden las multinacionales. Nosotros cuando contratamos a un trabajador queremos capacitarlo, formarlo y que se quede con nosotros. Las grandes empresas, en cambio, quieren achicar plantas y despedir, y eso termina afectando el consumo interno”, concluyó.


