Más allá de los flyers que compartieron obedientemente todos los funcionarios de Petrecca, lo cierto es que los estruendos resonaron sin control por toda la ciudad al inicio del año. Y el número de atención al ciudadano, el 147, quedó mudo…
El municipio presente que proclama el intendente Petrecca es una farsa más en la historia marketinera que le imprimió a su gobierno.
A pesar de que cada uno de los funcionarios compartió obedientemente el flyers donde se anunciaba la “pirotecnia cero”, en los primeros minutos del 2025 resonaron fuerte por toda la ciudad las bombas de estruendo.
Es que la ordenanza municipal que prohíbe la venta y uso de estos elementos, es apenas una letra olvidada en los libros, sin ningún tipo de aplicación concreta. Porque no hay controles previos en las ventas de los comercios y menos aún, presencia de personal municipal en las calles.
Y como si esto fuera poco, se reiteró la situación de Navidad: el número para comunicar emergencias, que debería atender 24/7 todo el año, otra vez estuvo ausente. Nadie contestaba el 147 municipal.
Ante los daños que provocan las bombas de estruendo en personas con el síndrome autista y las mascotas, sumado a la falta de empatía de muchos vecinos, ahora debe agregarse la ausencia absoluta del municipio de Petrecca para el control y sanciones correspondientes, que hagan que la ordenanza vigente en el partido sea una realidad.
