Tras 50 años de actividad comercial, su dueña Susana Rus se despidió en las redes con profundo sentimiento.
“Después de 50 años de mostrador, llega el momento de despedirnos”. Así reza la última comunicación oficial por las redes de Susana Rus, propietaria de “Patachín”, un comercio emblemático de la ciudad que por cinco décadas, marcó tendencia en la moda de niños, juvenil y adultos.El texto dice:
“Queridos clientes, proveedores y amigos:
Hoy llegamos al fin de un ciclo. Esta decisión nos llena de emociones encontradas: después de más de 50 años de trabajo y dedicación detrás del mostrador, cerramos las puertas de nuestro negocio: nuestro querido Patachín, un proyecto que ha sido mucho más que un negocio; ha sido un punto de encuentro de nuestra familia, un espacio de sueños compartidos y un motor de nuestras vidas.
En este largo recorrido, tuvimos el privilegio de conocer grandes personas. A ustedes, nuestros clientes, les agradecemos su confianza, por elegirnos una y otra vez a lo largo del tiempo. Nos sentimos felices de formar parte de sus recuerdos: desde la compra de la ropita de bebé, los famosos jeans Pirueta, y tantas otras prendas de diferentes marcas y estilos que fuimos trabajando a lo largo de los años para acompañar el crecimiento de nuestras clientas.
Muchas cosas pasaron en estos años, buenas y malas, y algunas muy duras para el sector comercial como la crisis del 2001 y la pandemia, pero también fue un camino lleno de ilusiones y proyectos: ampliar y remodelar locales, armar vidrieras, buscar siempre más y mejores opciones, siempre codo a codo con mi hermana Beatriz, mi socia y compañera en toda esta aventura, y a mi marido, que fue siempre incondicional.
A lo largo de este camino, crié a mis hijos y ellos pudieron estudiar y elegir los destinos que los hacen felices. Eso también se lo debemos a Patachín. Ahora llegó el momento de disfrutar de mis ochos nietos, mi jardín y mi casa.
Agradezco profundamente a mis clientes, proveedores y asesores, por el respaldo que nos brindaron y por convertir cada interacción en una oportunidad de crecer. Y a nuestros amigos, que siempre estuvieron cerca, alentándonos y celebrando cada paso, les estamos profundamente agradecidos.
Nos despedimos con el corazón lleno de gratitud y recuerdos imborrables.
Gracias por todo. Gracias por Patachín”.
