El robo durante la madrugada en un comercio de pleno centro, sobre Roque Sáenz Peña, deja al desnudo lo que se suponía: pese al sistema de vigilancia, nunca se atrapa “in fraganti” a un delincuente.
El miércoles por la mañana, cuando se disponía a iniciar la jornada laboral, el propietario de un negocio céntrico se enteró que delincuentes habían ingresado durante la madrugada a su local y le habían robado. Y pudo seguir la secuencia del proceder delictivo a través de las cámaras internas de vigilancia.
Hasta ahí, no parece nada sorpresivo. Lo que es alarmante es que este robo haya sido concretado en pleno Roque Sáenz Peña, en el corazón del centro de la ciudad.
El negocio damnificado es “Isabella”, ubicado en Roque Sáenz Peña 114, donde un sujeto ingresó tras romper la vidriera y se fugó luego con tranquilidad, llevándose dinero en efectivo y distintos elementos que se encontraban a la venta.
La pregunta que quedó flotando es: ¿funcionan las cámaras de seguridad del municipio? Y en caso afirmativo, ¿hay operadores siguiéndolas?
Es llamativo que, pese a que la gestión municipal siempre esté abocada a la publicidad de sus actos, nunca se dio cuenta de una aprehensión “in fraganti”, tras un hecho delictivo que haya sido detectado por las cámaras que maneja el municipio.
Por lo general, el material obtenido solo sirve para difundir entre medios periodísticos amigos algún accidente de tránsito. En el mejor de los casos, para aportar algún informe a la Justicia por un delito cometido. Pero nunca se dio cuenta que haya podido “pescarse” en el momento a un delincuente.
Las opciones son dos básicamente, para explicar esta situación en que ni siquiera se envió un patrullero a un comercio del corazón de Sáenz Peña donde ingresaron a robar en plena madrugada: o las cámaras que están instaladas no andan, o no hay nadie detrás de ellas.
