“No hay cámaras en todo el centro”, dicen los comerciantes, que atraviesan horrorizados un momento sin respuestas. Aseguran ser rehenes de bandas de jovencitos que se pasean con impunidad intentando robar motos, tirando piedras, haciendo Willy, forzando portones, metiéndose en autos, entre otros delitos.
La seguidilla de delitos es interminable en la ciudad, pero ahora tiene atemorizados a los comerciantes de la zona céntrica, que observan con estupor cómo bandas de delincuentes –que no tienen más de 15 años- han logrado adueñarse del escenario y sembrar el terror a fuerza de delitos.
En las últimas horas, se conoció el último de los casos y tal vez el más grave: la vidriera de un local en pleno Roque Sáenz Peña 233 (entre 25 de Mayo y Pellegrini) apareció con un agujero provocado por disparos de un aire comprimido. Que fueron efectuados a las 21 del sábado por parte de dos sujetos que se trasladaban en moto.
Este hecho se suma al terror que han expresado los comerciantes del área a sus representantes de la Sociedad Comercio e Industria, lo que motivó que se programe para el próximo lunes (recién) una reunión con autoridades municipales de la Secretaría de Seguridad.
Además, los comerciantes denuncian que –pese a la continua propaganda del municipio en torno al funcionamiento del “Gran Hermano”- no hay cámaras de videovigilancia en el centro. Al menos andaría alguna cada dos cuadras, lo cual se hace insuficiente para la seguridad de los negocios y las personas.
UN TEMA REITERADO
El accionar impune de al menos una banda de menores –de no más de 15 años- viene siendo objeto de preocupación por parte de los propietarios y empleados de comercios de Sáenz Peña y todas las calles adyacentes y paralelas.
Si bien se realizan denuncias casi a diario, no hay voluntad para erradicar este peligro. Los jovencitos se adueñaron de las calles, ante la falta de presencia policial.
Según pudo saberse, andan hasta en contramano haciendo Willy en sus bicicletas y motos; intentan apoderarse de motos estacionadas; tiran piedras; quieren meterse en autos que ocasionalmente esperan el verde del semáforo; han roto espejos de vehículos estacionados y le hacen frente a cualquiera que les llame la atención. Hasta han intentado forzar portones y se suben a la parte trasera de camionetas en marcha.
Tienen vía libre. Nadie los detiene.
Pero, con los disparos ocurridos en plena noche del sábado (se supone la más poblada) contra un negocio, la paciencia de los comerciantes llegó a un límite y exigen respuestas urgentes por parte del gobierno de Petrecca, que mensualmente embolsa una importantísima suma en concepto de Tasa Complementaria de Seguridad. No obstante, no hay patrulleros por las calles y mucho menos efectivos que recorran la zona céntrica.
EL CASO LOLA
En las redes sociales, la dueña del comercio atacado (“Lola”) expuso sus reflexiones:
“No todo es color de rosa en la vida.
Hoy, al llegar al local, me encontré con la vidriera rota.
Fue un día muy difícil, de esos que te angustian y te llenan de impotencia.
Hace un año me habían roto la manija de la puerta, y en ese momento las cámaras del centro no funcionaban.
Hoy, después de hacer la denuncia y comunicarme nuevamente con el Centro de Monitoreo, me entero de que no hay cámaras en todo el centro.
Recién estuvieron los chicos de Investigación y me informaron que el hecho ocurrió el sábado a las 21 horas, y que fueron dos personas en moto, con gorras, que dispararon con un arma de aire comprimido.
Por cuestiones de investigación, no puedo publicar por ahora el video en las redes sociales, pero espero que pronto se puedan conocer los detalles y que esto no vuelva a repetirse.
También hablé con otros comerciantes y no soy la única: esto ya viene pasando.
Creo que ya es hora de que se tomen medidas reales, porque no podemos seguir así.
La situación económica no está fácil para nadie, y tener que afrontar este tipo de cosas — aunque uno tenga seguro — implica tiempo, estrés y una gran amargura.
Por eso, es momento de tener respuestas concretas, señor Intendente @pablopetrecca @gobiernodejunin.
No es un reclamo individual, es el pedido de muchos que todos los días abrimos nuestros comercios y trabajamos con esfuerzo”.



