El caso conmovió a la ciudad: por la mañana se supo del femicidio y cerca del mediodía se encontró el cuerpo carbonizado de Walter Urbieta, el homicida. Toda la trama detrás del hecho.
La ciudad se despertó ayer conmovida por un nuevo hecho de sangre, mientras empezaban a filtrarse las primeras novedades. Una mujer, de alrededor de 47 años, había sido ultimada en forma brutal por su expareja, en una vivienda del barrio San Juan, y el sujeto era intensamente buscado por la policía.
Después fueron apareciendo los escalofriantes detalles que formaron parte del caso. La pareja era oriunda de San Miguel –ubicado en el conurbano bonaerense- y tenían siete hijos de distintas edades: el más pequeño, de 8 años, presenció el crimen.
El matrimonio conformado por Claudia Leguiza y el chofer del micro de la Reserva del Club Sarmiento, Walter José Urbieta, ya tenían antecedentes en la justicia con denuncias cruzadas y medidas cautelares. Pero en las últimas semanas, se habían presentado ante el Tribunal de Familia para levantar la orden de restricción que tenía el hombre y anunciar que habían decidido reanudar la relación amorosa.
Sin embargo, el conflicto no tardó en reaparecer y esta vez puso punto final: cerca del filo de la medianoche del viernes, Urbieta mató a fierrazos a Leguiza, en su casa ubicada en Emilio Muñiz 1447, cerca de su intersección con Ricardo Rojas, en inmediaciones de la cancha del Club Independiente de Junín y del barrio Proyecto Alvear.
Cuando se halló el cuerpo, tras los llamados de los vecinos que habían oído los gritos pidiendo auxilio, pudo determinarse que la mujer presentaba múltiples heridas, incluso algunas originadas por sus intentos por defenderse, y que su muerte se debió al estallido del cráneo, según confirmó la fiscal interviniente, Vanina Lisazo.
Al parecer, el hijo menor de la familia de 8 años, presenció toda la escena. Luego, fue llevado por su padre en la moto de 110 cc. hasta la casa de una hermana, donde lo dejó a su cuidado y se dio a la fuga. Las cámaras de seguridad dan cuenta que paró en una estación de servicio a cargar nafta y luego siguió su camino.
Tras una intensa búsqueda, finalmente el sábado cerca del mediodía pudo darse con Urbieta: se había prendido fuego, con la moto, en un campo ubicado entre las localidades de Agustina y Fortín Tiburcio, a la vera de la Ruta 65. Para eso, hasta había tragado nafta, lo cual aceleró su muerte.
LA FISCAL
La fiscal del caso, Vanina Lisazo, explicó que Ubieta, de 48 años, tenía “condenas previas y una orden de restricción vigente”. “Durante años hubo antecedentes de violencia. Sin embargo, hace unos días ambos acudieron al Juzgado de Familia para pedir el levantamiento de la medida, con la intención de reanudar la convivencia”.
Al parecer, el Juzgado rechazó la solicitud, respaldado por la oposición de los hijos mayores de la pareja, que alertaron sobre los riesgos de volver a convivir. A pesar de ello, Claudia Leguiza, de 47, accedió a retomar la relación con el hombre.
La fiscal Lisazo contó que la mujer fue víctima de “una agresión extremadamente violenta”. “Tenía múltiples fracturas y cortes defensivos en los brazos, pero la causa de muerte fue el estallido de cráneo”, aseguró.
“Como justicia llegamos tarde, siempre llegamos después. Pero espero que la difusión de este tipo de casos sirva para que más mujeres se animen a pedir ayuda. Hoy existen recursos para protegerlas y evitar tragedias como ésta”, concluyó Lisazo.
