lunes, octubre 6, 2025
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El arsénico que envenena a los juninenses: de esto nadie habla

Preocupantes datos en un informe realizado, mientras el municipio y la oposición hacen silencio.

Un reciente informe encendió las alarmas en la provincia de Buenos Aires al revelar preocupantes niveles de arsénico en el agua de consumo humano. Son varias las localidades bonaerenses que presentan altas concentraciones de este elemento químico natural y entre ellas se destaca, al rojo vivo, Junín.

Por ahora, este tema no mereció consideraciones de parte del municipio ni tampoco pedidos de informes o interés del lado de la oposición local, a pesar del gravísimo daño que significa esta situación para la salud de los vecinos.

El límite nacional permitido  es de 0,05 mg/l, mientras la Organización Mundial de la Salud establece 0,01 mg/l. En este marco, Junín está incluido entre los distritos bonaerenses con más de 50 partes por billón (ppb) de arsénico por litro, es decir 0,05 miligramos por litro (mg/l), junto a Tres Arroyos, Balcarce, Mar de Ajó, Santos Unzué (9 de Julio), Tres Algarrobos, Merced (Pergamino), Monte, Lobos, Navarro, Suipacha, Las Heras, San Vicente y Cañuelas. En algunos de los pozos, la presencia del arsénico es más que alarmante, con hasta 280 ppb por litro, según datos del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA).

En estos casos, de acuerdo a las recomendaciones, no debe consumirse el agua de forma directa ni para la cocción de alimentos, sino que debe reemplazarse por otra fuente segura.

Según lo monitoreado en el mapa, las áreas geográficas del país que tienen una concentración de arsénico superior a lo recomendado y pueden generar patologías son gran parte del interior de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Santiago del Estero, Jujuy, Salta, Chaco, Tucumán y Corrientes.

RECOMENDACIONES

Estas cifras representan un grave peligro para la salud pública, ya que la exposición prolongada al arsénico puede provocar enfermedades graves como cáncer, lesiones cutáneas, diabetes y problemas cardiovasculares.

Ante esta situación, los especialistas recomiendan no utilizar agua con niveles elevados de arsénico para el consumo ni la preparación de alimentos. En su lugar, es fundamental optar por fuentes de agua tratada o segura para prevenir los efectos del Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico, una enfermedad que afecta a miles de personas en el país.

El mapa elaborado por el ITBA sigue siendo una herramienta clave para monitorear esta problemática en toda la Argentina, mientras que estudios como el del Programa de Medio Ambiente y Salud de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) recalcan la necesidad urgente de implementar políticas públicas para garantizar el acceso a agua potable segura en las zonas más afectadas.

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