A pesar de la rápida comunicación a la policía y el relato por 20 cuadras sobre los movimientos de la pareja ladrona, más el sistema de monitoreo, ningún patrullero se hizo presente y los delincuentes salieron victoriosos.
En Junín sobran las cámaras de videovigilancia y se supone que las cuadrículas en que se divide la ciudad para un patrullaje preventivo, están cubiertas. Pero anoche debió ser un delivery quien persiguiera a una pareja que había robado en una heladería ubicada en Rivadavia al 900.
Si bien los siguió durante 20 cuadras, en las que fue detallando características y movimientos de los delincuentes, ningún patrullero se hizo presente en el trayecto. Y las cámaras de las calles, una vez más, resultaron un elemento de decoración.
El hecho se produjo alrededor de las 22 de anoche, cuando a punta de pistola, un sujeto –que antes había concurrido al comercio como cliente- se llevó la recaudación del día de una concurrida heladería.
Justo al momento de retirarse la pareja que cometió el ilícito –el hombre que entró armado y la mujer que lo aguardaba afuera en una moto negra, de 110 cc.-, llegaba un joven que hace los mandados y decidió perseguirlos, a pesar del peligro y de ser una función que no le corresponde.
“Los seguí como 20 cuadras, mientras iba llamando al 911 indicando las direcciones donde estaban doblando”, dijo el delivery. Pero a pesar de su esfuerzo, la escasa voluntad de parte de las fuerzas policiales y los monitoreos de las cámaras, transformaron en inalcanzable su intención de detenerlos.
Sobre la persecución, explicó que “se fueron por Siria, doblaron en General Paz, se metieron contramano en Cichero. De ahí hasta Lavalle, donde doblaron y en Peira los perdí. Todo se lo fui transmitiendo al 911”.
A pesar de lo ocurrido, ningún patrullero llegó a la zona que iba siendo indicada por el joven. Recién después, fueron llegando a la heladería en búsqueda de testimonios, y como es habitual, se revisarán las cámaras para obtener algunos datos, en este caso reafirmar lo que contó el delivery. Por lo pronto, y a pesar de su tremenda reacción que incluyó una persecución, los delincuentes se alzaron sin problemas con el botín y siguen sin ser identificados.